Por
Marilyn Garbey
El
maestro Ramiro Guerra celebra 95 años de vida con la misma osadía con la cual
abrió los caminos de la danza moderna en Cuba. Formó bailarines, creó un
sistema de entrenamiento, llevó a escena sus coreografías y fomentó el público
para la danza. Y desde temprana hora registró, pensó, teorizó sus prácticas
danzarías y la de sus contemporáneos. Me atrevería a parafrasearlo y decir que
Ramiro es “toda la danza, la danza toda”.
Lector
voraz, cinéfilo empedernido, su curiosidad intelectual es inagotable. Ha
dialogado con filósofos, estetas, semiólogos, historiadores, teatrólogos. Ha
borrado los límites entre teoría y práctica, entre danza y vida. Los bailarines
y coreógrafos cubanos le llaman maestro. Y los críticos e investigadores de la
danza también. Su carrera profesional es una de las inspiraciones para realizar
el evento De la memoria fragmentada, cuyo título fue tomado de la coreografía
que realizó en 1989, al regresar a su compañía, hoy
Danza Contemporánea de Cuba, de la cual salió porque el peso de la censura
impidió el estreno de Decálogo del apocalipsis, una obra que parecía destinada
a cambiar los rumbos de la danza. No se estrenó y, sin embargo, se convirtió en
leyenda y en referencia. Ramiro se dedicó a la investigación, y escribió libros
imprescindibles para comprender la naturaleza del arte danzario.
Aquella
coreografía de Ramiro-De la memoria
fragmentada- se estructuraba con trozos de sus obras más significativas, que
entonces adquirieron nuevos sentidos. Nuestro evento quiere colaborar en la
construcción de la Historia de la danza cubana, y quiere hacerlo de forma
colectiva, en la convergencia de miradas diversas. Queremos interrogar al
pasado y cuestionar el presente, también soñamos el futuro. Y en esas tareas,
Ramiro Guerra nos acompaña, haciéndole honor a su apellido, con lucidez, con
pasión, con rigor.
Desde
1990, el maestro nos interpelaba: “…¿qué es la danza, de dónde viene y hacia
dónde va? A lo que se agrega: ¿es un fenómeno per se o depende de la atmósfera
en que se produce? ¿Qué posición ocupan los códigos danzarios ante el inminente intrusión del
movimiento cotidiano en el mundo de la danza? Estas y muchas otras cuestiones acicatean a la
cultura danzaria de hoy. A partir de que el cuerpo comienza a ser estimado como
un primordial objeto cultural con leyes propias
y significación en la sociedad actual, la danza, depositaria del más
alto sistema de expresividad estética de ese bien cultural, se ve comprometida
a hacer disección de sí misma para encontrar las razones y los objetivos de sus
existencia”. ( 1 )
De
la memoria fragmentada presentará el documental Mi vida la danza, de la
realizadora Alina Morante Será en la Casa del Festival Internacional del Nuevo
Cine Latinoamericano el martes 3 de octubre, a las 10:40 Am.
1-
Guerra, Ramiro: Hacia una teorética danzaria en Siempre la danza, su paso
breve, Ediciones Alarcos, La Habana 2010, pgs 364-365