Por Kaisa García Hernándezi
Es
una pregunta difícil de responder brevemente pero lo intentaré. La
mayoría de nosotros, como seres humanos que somos, hemos
experimentado un momento donde todo fluye, para los bailarines es ese
momento mágico que siempre estamos buscando en nuestras
presentaciones, ese momento donde la danza, la música y tus otros
compañeros funcionan como un solo ente.
También
imagino que vendrán tiempos muy duros, donde la colaboración será
vital, porque esta situación parece extenderse por un largo tiempo y
la comunidad danzaria será la última en incorporarse a la
normalidad. Hasta que no exista una vacuna, no podré imaginarme
veinte o treinta personas en un espacio pequeño, tocándose y
respirando con las caras muy cerca.
Hace
unos años en Cuba, una amiga de Acosta Danza me dijo: “no puedes
perderte el estreno de Twelve
”,
y fue ahí donde por primera vez escuché el nombre de Jorge Crecis.
Jorge
Crecis (1978) es un reconocido coreógrafo, bailarín, profesor e
investigador español. Su tesis doctoral se centró en analizar cómo
podemos llegar a replicar estados alterados de conciencia mediante
rutinas corporales.
Hoy,
desde España y en medio de la pandemia de la COVID 19, he tenido la
oportunidad de participar en un programa de entrenamiento online que
Jorge Crecis desarrolla desde hace varios años.
Le
doy la palabra al protagonista entonces...
En
breves palabras ¿qué es Towards
Vivencia?
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii2V5Aa47BrIIA0joYbX7qT65nklpw4ftoGgi_Qh2T5XXfiBSC8jX5edB7P8fIXxM9_ogEy8TCJ7Hr7_PfxGkjuU9KDvURIYR41CSKhJ6hae4TIIMLL3wvthDmhDXu8XmJA3Uekpu-Kg4/s320/jcrecis.jpg)
Estos
momentos ocurren al azar o puede que también sepas cuando van a
suceder, solo que suelen ser muy breves.
Mediante
estudios de neurociencia, antropología, fenomenología y mi propia
experiencia como bailarín y coreógrafo, pude desarrollar, durante
mi doctorado, una técnica sobre cómo entrenar esos estados
mentales.
Precisamente
eso es Towards
Vivencia : un
entrenamiento que va hacia
(towards) o en
busca de la vivencia. O sea, entrenamos para esos momentos y el
programa online cuenta con una duración de un año.
Producto
a la cuarentena que se ha impuesto a causa del COVID 19, Towards
Vivencia
se ha preocupado por el aislamiento de los artistas y ha
reconfigurado su programa. ¿Por qué esta reconfiguración para este
período? ¿Cuáles han sido los cambios y/o adaptaciones con
respecto al programa habitual?
La
reconfiguración sucedió debido a las circunstancias actuales, pero
seguimos siendo muy fieles a nuestros pilares. Uno de ellos es la
consistencia en el entrenamiento, el cual llevamos a cabo de manera
online porque es una manera de trabajar juntos, aunque los
participantes estén en distintas partes del mundo, y porque los
artistas
freelance
tenemos períodos de mucho trabajo y luego otros sin absolutamente
nada, por lo que el programa de Towards
Vivencia
brinda un entrenamiento continuo durante 12 meses y eso aporta cierta
consistencia.
El
segundo es la estructura de nuestra metodología: semanalmente, el
programa va indicando una serie de tareas que están
pensadas para mejorar tu presencia escénica e incrementar tu
claridad de ideas y nivel motivacional . Normalmente los bailarines
no tenemos claro hacia dònde nos dirigimos y eso es algo que el
programa también te ayuda, ya que te enfoca a encontrar una
dirección.
Y
el tercero es el sentido de comunidad. Si quieres ir rápido, ve
solo; pero si quieres llegar lejos, ve acompañado. Entonces, cuando
entrenas con otras personas no solo llegarás más lejos, sino que
realmente lo harás. Por ejemplo, está el típico caso de voy a
empezar este año a correr tres veces por semana y después en la
tercera semana de enero olvidamos lo que dijimos. Eso es normal que
suceda porque la realidad nos consume. Sin embargo, cuando tienes el
apoyo de una comunidad, los otros te preguntan ¿has salido a correr?
o, mejor todavía, ven a correr conmigo. Por eso hemos creado una
comunidad.
Con
esta situación del COVID 19, nuestra realidad se desmoronó
totalmente. Los bailarines estamos acostumbrados a ir al estudio, a
entrenar todos los días, a encontrarnos con gente, a tener
presentaciones y a recibir un pago por ello, y todo eso desapareció
de la noche a la mañana. Por eso decidimos, ya que teníamos
previa experiencia con el entrenamiento online , continuar con el
programa en forma de clases diarias, para atender esas necesidades
básicas de los artistas durante el aislamiento.
Es
mágico ver que cuando las personas toman su clase de ballet, de
contemporáneo y luego otra de yoga o meditación se crea cierta
normalidad en su día, porque es lo que ya conocen, y eso los prepara
mejor para enfrentar la incertidumbre. Si estás todo el día
pensando ¿qué va a pasar con mi vida? se vuelve muy difícil
sostenerse en pie, así que con este entrenamiento pretendemos
aportar esa estabilidad, pero con una estructura pensada muy
cuidadosamente.
Cuento
con un equipo de profesores que colaboran conmigo para decidir cuáles
son las clases ideales para impartir, en cuál orden y cuándo , por
lo que no es una selección al azar y existe un progreso mientras más
avanza el programa.
Algo
asombroso ha sucedido, actualmente hay muchísimas otras clases
online en las redes, hemos visto varias caras repetidas durante estas
últimas tres semanas y eso es fantástico, porque se ha creado un
sentido de pertenencia. El hecho de tomar una clase online con otras
personas, mientras estamos aislados en nuestras casas, te ayuda a
recordar que no estás solo y que perteneces a una familia, a una
comunidad. Eso es algo especial que nada ni nadie, ni siquiera un
virus, puede destruir.
¿Cómo
imaginas el mundo danzario post-cuarentena? Se aceptan tanto ideas
utópicas como distópicas...
Espero
que no volvamos a la normalidad, porque la antigua normalidad no era
sostenible. Algo que me está haciendo muy feliz es que la mayoría
de las iniciativas que he visto online, único lugar donde podemos
encontrarnos por ahora, provienen de artistas para artistas. Las
instituciones tenían mucho poder en el manejo de recursos y en la
conformación de la realidad de los artistas. Y ahora, nos damos
cuenta de que sin artistas no pueden existir las instituciones.
Pueden haber diez mil millones de teatros, pero con los artistas en
casa, esos teatros son inútiles. Sin embargo, cuando un artista
tiene una iniciativa o comparte su experiencia online u offline,
siempre suceden cosas hermosas.
Confío
ciegamente en la humanidad y en los artistas, por lo que me imagino
un futuro cercano conformado por artistas empoderados que sean
escuchados y apoyados para redireccionar el arte, en vez de las
instituciones, que solo piensan en su propia supervivencia. Las
instituciones son importantes, pero estas deben recordar que están
al servicio de los artistas y no los artistas al servicio de estas.
Pero
esto no debe convertirse en una guerra entre artistas e
instituciones, no somos o
este
o
el otro, somos con
e y.
He estado leyendo un libro que describe el ejemplo perfecto para esta
idea: la respiración. Muchos piensan que inhalar y exhalar son
acciones totalmente separadas, pero en realidad una no puede suceder
sin la otra,
por
lo que no inhalas o exhalas, sino que mientras más inhalas puedes
exhalar más. Por lo que imagino un futuro donde no sean o
los artistas o
las instituciones, sino con
los artistas y
las instituciones.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkKWrZI4lmxgsmAIQHZfdYiEGmzO_78RJD12fmTfOZCa4UEQml-H0sjp8Tx3xr3SWUceMcurQyD0iV-R7jZpPSLXs7k8gZAq15eLiQ91sQ9TSKWK3V_YkkY-1UPHE3NMapicNusP08Mlc/s320/WhatsApp+Image+2020-04-15+at+12.59.24+PM.jpeg)
Vendrán
tiempos muy difíciles para los artistas, principalmente en cómo
compartiremos nuestro trabajo y cómo conseguiremos ingresos. Es aquí
donde entra mi utopía: creo firmemente en que los artistas tienen el
poder y las herramientas para llegar a otros sectores, no para
hacerlos danzar, sino para contribuir con lo que ya los otros hacen.
Por ejemplo, yo no me imagino ir al hospital y hacer danzar a los
médicos, sin embargo, sí puedo ir al hospital y durante 20-30 min,
antes de una jornada estresante, puedo hacer que los médicos
escuchen música juntos y muevan su cuerpo libremente para que entren
en un estado de concentración; y de hecho, es lo que haré en los
próximos días aquí en un hospital de Barcelona.
Así
es como imagino el futuro, la danza y el arte no sólo al servicio de
la danza y el arte, sino utilizando nuestra experiencia y
conocimientos para contribuir con otras profesiones. Creo que es el
momento histórico idóneo para que suceda esto porque todos se están
dando cuenta lo importante que somos, todo el mundo en casa está
bailando, escuchando música, siguiendo clases online de danza, sean
o no bailarines. Así que tengo fe que tendremos un futuro brillante,
difícil al principio, pero muy brillante al final.
i
Kaisa
García Hernández. Bailarina.
Licenciada en Arte Danzario, especialidad Ballet en la Universidad
de las Artes ISA, La Habana, Cuba. En su tesis de licenciatura
estudió la intertextualidad en el ballet Carmen, versión del
coreògrafo cubano Alberto Alonso.
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