TOWARDS VIVENCIA EN TIEMPOS DE COVID 19. ENTREVISTA EN CUARENTENA CON JORGE CRECIS

Por Kaisa García Hernándezi
Hace unos años en Cuba, una amiga de Acosta Danza me dijo: “no puedes perderte el estreno de Twelve ”, y fue ahí donde por primera vez escuché el nombre de Jorge Crecis.
Jorge Crecis (1978) es un reconocido coreógrafo, bailarín, profesor e investigador español. Su tesis doctoral se centró en analizar cómo podemos llegar a replicar estados alterados de conciencia mediante rutinas corporales.
Hoy, desde España y en medio de la pandemia de la COVID 19, he tenido la oportunidad de participar en un programa de entrenamiento online que Jorge Crecis desarrolla desde hace varios años.
Le doy la palabra al protagonista entonces...
En breves palabras ¿qué es Towards Vivencia?
Es una pregunta difícil de responder brevemente pero lo intentaré. La mayoría de nosotros, como seres humanos que somos, hemos experimentado un momento donde todo fluye, para los bailarines es ese momento mágico que siempre estamos buscando en nuestras presentaciones, ese momento donde la danza, la música y tus otros compañeros funcionan como un solo ente.
Estos momentos ocurren al azar o puede que también sepas cuando van a suceder, solo que suelen ser muy breves.
Mediante estudios de neurociencia, antropología, fenomenología y mi propia experiencia como bailarín y coreógrafo, pude desarrollar, durante mi doctorado, una técnica sobre cómo entrenar esos estados mentales.
Precisamente eso es Towards Vivencia : un entrenamiento que va hacia (towards) o en busca de la vivencia. O sea, entrenamos para esos momentos y el programa online cuenta con una duración de un año.
Producto a la cuarentena que se ha impuesto a causa del COVID 19, Towards Vivencia se ha preocupado por el aislamiento de los artistas y ha reconfigurado su programa. ¿Por qué esta reconfiguración para este período? ¿Cuáles han sido los cambios y/o adaptaciones con respecto al programa habitual?
La reconfiguración sucedió debido a las circunstancias actuales, pero seguimos siendo muy fieles a nuestros pilares. Uno de ellos es la consistencia en el entrenamiento, el cual llevamos a cabo de manera online porque es una manera de trabajar juntos, aunque los participantes estén en distintas partes del mundo, y porque los artistas freelance tenemos períodos de mucho trabajo y luego otros sin absolutamente nada, por lo que el programa de Towards Vivencia brinda un entrenamiento continuo durante 12 meses y eso aporta cierta consistencia.
El segundo es la estructura de nuestra metodología: semanalmente, el programa va indicando una serie de tareas que están pensadas para mejorar tu presencia escénica e incrementar tu claridad de ideas y nivel motivacional . Normalmente los bailarines no tenemos claro hacia dònde nos dirigimos y eso es algo que el programa también te ayuda, ya que te enfoca a encontrar una dirección.
Y el tercero es el sentido de comunidad. Si quieres ir rápido, ve solo; pero si quieres llegar lejos, ve acompañado. Entonces, cuando entrenas con otras personas no solo llegarás más lejos, sino que realmente lo harás. Por ejemplo, está el típico caso de voy a empezar este año a correr tres veces por semana y después en la tercera semana de enero olvidamos lo que dijimos. Eso es normal que suceda porque la realidad nos consume. Sin embargo, cuando tienes el apoyo de una comunidad, los otros te preguntan ¿has salido a correr? o, mejor todavía, ven a correr conmigo. Por eso hemos creado una comunidad.
Con esta situación del COVID 19, nuestra realidad se desmoronó totalmente. Los bailarines estamos acostumbrados a ir al estudio, a entrenar todos los días, a encontrarnos con gente, a tener presentaciones y a recibir un pago por ello, y todo eso desapareció de la noche a la mañana. Por eso decidimos, ya que teníamos previa experiencia con el entrenamiento online , continuar con el programa en forma de clases diarias, para atender esas necesidades básicas de los artistas durante el aislamiento.
Es mágico ver que cuando las personas toman su clase de ballet, de contemporáneo y luego otra de yoga o meditación se crea cierta normalidad en su día, porque es lo que ya conocen, y eso los prepara mejor para enfrentar la incertidumbre. Si estás todo el día pensando ¿qué va a pasar con mi vida? se vuelve muy difícil sostenerse en pie, así que con este entrenamiento pretendemos aportar esa estabilidad, pero con una estructura pensada muy cuidadosamente.
Cuento con un equipo de profesores que colaboran conmigo para decidir cuáles son las clases ideales para impartir, en cuál orden y cuándo , por lo que no es una selección al azar y existe un progreso mientras más avanza el programa.
Algo asombroso ha sucedido, actualmente hay muchísimas otras clases online en las redes, hemos visto varias caras repetidas durante estas últimas tres semanas y eso es fantástico, porque se ha creado un sentido de pertenencia. El hecho de tomar una clase online con otras personas, mientras estamos aislados en nuestras casas, te ayuda a recordar que no estás solo y que perteneces a una familia, a una comunidad. Eso es algo especial que nada ni nadie, ni siquiera un virus, puede destruir.
¿Cómo imaginas el mundo danzario post-cuarentena? Se aceptan tanto ideas utópicas como distópicas...
Espero que no volvamos a la normalidad, porque la antigua normalidad no era sostenible. Algo que me está haciendo muy feliz es que la mayoría de las iniciativas que he visto online, único lugar donde podemos encontrarnos por ahora, provienen de artistas para artistas. Las instituciones tenían mucho poder en el manejo de recursos y en la conformación de la realidad de los artistas. Y ahora, nos damos cuenta de que sin artistas no pueden existir las instituciones. Pueden haber diez mil millones de teatros, pero con los artistas en casa, esos teatros son inútiles. Sin embargo, cuando un artista tiene una iniciativa o comparte su experiencia online u offline, siempre suceden cosas hermosas.
Confío ciegamente en la humanidad y en los artistas, por lo que me imagino un futuro cercano conformado por artistas empoderados que sean escuchados y apoyados para redireccionar el arte, en vez de las instituciones, que solo piensan en su propia supervivencia. Las instituciones son importantes, pero estas deben recordar que están al servicio de los artistas y no los artistas al servicio de estas.
Pero esto no debe convertirse en una guerra entre artistas e instituciones, no somos o este o el otro, somos con e y. He estado leyendo un libro que describe el ejemplo perfecto para esta idea: la respiración. Muchos piensan que inhalar y exhalar son acciones totalmente separadas, pero en realidad una no puede suceder sin la otra, por lo que no inhalas o exhalas, sino que mientras más inhalas puedes exhalar más. Por lo que imagino un futuro donde no sean o los artistas o las instituciones, sino con los artistas y las instituciones.
También imagino que vendrán tiempos muy duros, donde la colaboración será vital, porque esta situación parece extenderse por un largo tiempo y la comunidad danzaria será la última en incorporarse a la normalidad. Hasta que no exista una vacuna, no podré imaginarme veinte o treinta personas en un espacio pequeño, tocándose y respirando con las caras muy cerca.
Vendrán tiempos muy difíciles para los artistas, principalmente en cómo compartiremos nuestro trabajo y cómo conseguiremos ingresos. Es aquí donde entra mi utopía: creo firmemente en que los artistas tienen el poder y las herramientas para llegar a otros sectores, no para hacerlos danzar, sino para contribuir con lo que ya los otros hacen. Por ejemplo, yo no me imagino ir al hospital y hacer danzar a los médicos, sin embargo, sí puedo ir al hospital y durante 20-30 min, antes de una jornada estresante, puedo hacer que los médicos escuchen música juntos y muevan su cuerpo libremente para que entren en un estado de concentración; y de hecho, es lo que haré en los próximos días aquí en un hospital de Barcelona.
Así es como imagino el futuro, la danza y el arte no sólo al servicio de la danza y el arte, sino utilizando nuestra experiencia y conocimientos para contribuir con otras profesiones. Creo que es el momento histórico idóneo para que suceda esto porque todos se están dando cuenta lo importante que somos, todo el mundo en casa está bailando, escuchando música, siguiendo clases online de danza, sean o no bailarines. Así que tengo fe que tendremos un futuro brillante, difícil al principio, pero muy brillante al final.



i Kaisa García Hernández. Bailarina. Licenciada en Arte Danzario, especialidad Ballet en la Universidad de las Artes ISA, La Habana, Cuba. En su tesis de licenciatura estudió la intertextualidad en el ballet Carmen, versión del coreògrafo cubano Alberto Alonso.

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